martes, 26 de julio de 2011

Diego Hernán Valeri, ese jugador que se vendió, que se queda, que lo colgamos, que se va......


El 26 de julio de 2011 será un "día para olvidar" en la vida de los hinchas Granates, no sólo por la noticia del nuevo torneo, o bien, por la ida de Diego Valeri, sino también por la exposición de "Lanús Club", que no hace más que quitar parte del prestigio ganado.

Lanús a Tokio informó en su momento la venta del gran Diego al Metalist ucraniano, donde lo esperaba Seba Blanco. La noticia fue confirmada aquel sábado a la mañana por dirigentes de fútbol profesional y Amateur, que con bronca, se oponían a dicha venta, con algunas palabrotas soltadas al aire incluídas.
Los que estábamos en el Poli sólo atinamos a agarrarnos la cabeza. ¡Justo ahora se va Diego!
Parece ser que la "oposición a la venta" fue paulatinamente en ascenso y por ello se dio marcha atrás a la ida de Valeri. Todos contentos.
Pero la bomba explotó por otro lado. Diego se queda, pero pide mucho dinero, y el Club decide que no debe pagar esa suma por el bien de la Institución. Resultado: el jugador no jugará más en Lanús, ya que será apartado del plantel y seguramente vendido. La idea de quedar un año sin jugar parece de Ciencia Ficción.
Los hinchas, esos que amamos al escudo por sobre todas las cosas, reaccionamos de distintas maneras. Algunos enojados con Diego Valeri, el Campeón 07, el de la Gloriosa 86, el hijo pródigo, el que nació en infantiles, el que pide una fortuna. Otros se enojan con la directiva, y se acuerdan de Pelle, todavía muy fresquito. Pero también estamos los que nos asustamos porque Lanús no nos tenía acostumbrado a estos días, repletos de problemas, con dirigentes saliendo por tantos medios para exponer un problema que debería manejarse puertas adentro.
Creo que todo le resta prestigio al Club, incluído el nuevo torneo (los Dirigentes deberían realizar una Asamblea Extraordinaria de Socios para saber que queremos). A Lanús le costó muchísimo llegar a lo que somos hoy, un orgullo para quién escribe. No podemos borrar tan rápido lo hecho por los queridos Granates de ayer y de hoy.

Hay que tener mente fría, y estar más unidos que nunca, con la Democracia Interna que nos caracterizó siempre.
También ojalá Diego bajé sus pretenciones, pero la exposición de hoy demuestra que es casi imposible.

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