sábado, 27 de diciembre de 2008

Entrevista al Dr. Alejandro Marón: Lanús siempre va por más.


(Foto, Leo Domínguez - Dto de Prensa y Difusión. Alejandro Marón y Gilmar Gilberto Villagrán en el 1º aniversario del 2D.

Doscientos dirigentes trabajando ad honorem. Resultados satisfactorios en lo deportivo. Economía equilibrada. Planes a futuro. Instalaciones impecables y en constante crecimiento. El Club Atlético Lanús asoma como una isla desde la zona sur de la Provincia de Buenos Aires.
La actualidad marca que Lanús tiene 28 mil socios, 30 disciplinas deportivas, una infraestructura moderna y ninguna deuda (es más, el último balance arrojó un superávit de 15 millones de pesos).

Alejandro Marón con tan solo 38 años, es el presidente más joven del fútbol argentino, hasta se podría fantasear con la idea de que bien podría ser un jugador recién retirado de la actividad y seguramente por esa razón, por esa cercanía de edad que tiene con los jugadores, es que hace más llevadero el trato, algo que cada uno de los integrantes del plantel profesional del fútbol de la institución resaltan.
No es de los que se esconde detrás de los vidrios polarizados de un auto. Tampoco es necesario pasar por cientos de filtros para llegar a conversar con él.
Con humildad, abre las puertas de su intimidad y lo primero que aclara es que no se siente un ejemplo. Predispuesto a la charla y vergonzoso en el momento de las fotos, conversa amablemente y da a conocer la política de una institución ejemplar.
El mandato de Alejandro Marón en Lanús finaliza en diciembre del 2009 pero esto no es impedimento para seguir trazando proyectos a futuro. El titular "Granate" analiza las bases sobre las que se asentó el mayor logro deportivo de la historia del club del conurbano bonaerense.
Humildad, trabajo, perfil bajo son el lema de esta dirigencia, que asumió en diciembre del 2003 y que fue reelecta tres años después (10 de diciembre del 2006) con el 63% de los votos. Este abogado es además miembro del Comité Ejecutivo de la AFA y en una larga charla dijo lo siguiente:

¿Desde cuando está en el Club Lanús?
Huyyy...! Realmente desde que tengo uso de razón. Creo que me crié acá dentro y desde muy jovencito comencé a participar en la Comisión Directiva.

Un trabajo silencioso, con mucha dedicación y pasión por los colores...

Exactamente, con un sentido de pertenencia que es lo que tratamos no se pierda jamás. Hoy, por ejemplo esto lo veo en el equipo de prensa del club: son quince chicos que, sin cobrar un peso, hacen la transmisión en cadena de los partidos de fútbol, la página de Internet y la revista. Así vamos haciendo las inferiores, porque esos chicos mañana tendrán un cargo de mayor preponderancia dentro de la institución. Creo que el gran desafío de esta gestión es seguir generando estímulos para que los socios quieran militar.

¿Usted trabajó ad honorem antes de llegar a la presidencia?

Sí, trabajé diez años ad honorem en cargos dirigenciales menores.

Esta institución es una de las que más ha crecido en cuanto a su masa societaria. ¿A todos los que se han asociado últimamente les alcanza solo con la pasión o también hay que brindar servicios?

Por supuesto que hay una mayoría de socios afectivos, porque es el club de la zona o porque siguen a Lanús en el fútbol. Pero hay una gran cantidad que viene por los servicios y no los conformas con el color de la camiseta. Tiene que estar bien el fleje en la cancha de tenis y el aparato de gimnasia en buenas condiciones. El socio viene porque el club le ofrece un buen complejo para practicar el deporte que le gusta.

Cuando usted asumió, allá por el 2003, dijo que cuando comenzó este proceso no había nada por qué pelearse. Hoy, con el club rehabilitado económicamente y deportivamente hablando, ¿cómo se sostiene la participación política, tan difícil de lograr en otros ámbitos?

Es cierto, en esta sociedad es muy difícil encontrar gente que quiera militar. Es un gran desafío conseguir el estímulo para que la gente se sume, colabore y se sienta protagonista. Acá siempre se va por más. El dirigente de hockey quiere el mejor césped en su cancha y así en cada ámbito del club. Siempre aparece un objetivo por delante, se va corriendo el arco para crecer. A mí me toca representar a Lanús en la AFA como Secretario de Asuntos Legales y conozco la realidad de otros clubes. Lanús marca la diferencia por mantener una militancia muy fuerte. Hay 200 socios trabajando ad honorem. Es fundamental la participación de quienes se involucran en tareas para modificar las cosas y no se quedan en el insulto y la disconformidad.

¿Cómo se logra un equilibrio económico, teniendo en cuenta que el club no se caracteriza por vender jugadores de fútbol en cifras millonarias?

Eso también tiene que ver con una política de esta gestión. Pasaron varios presidentes del oficialismo y cada uno con su impronta: algunos fueron más audaces en lo económico y otro somos más recatados. No los juzgo. Pero yo tengo el concepto de que uno administra un patrimonio ajeno, con el cual tiene que ser más cuidadoso que con el suyo. No es casual que en fútbol tengamos esa política: para que Lanús sea viable en lo económico, tenemos que apuntar a trabajar desde el fútbol infantil. No podemos comprar jugadores por veinte millones de dólares. El club es viable en lo deportivo y en lo económico si hacemos el trabajo a mediano y largo plazo con las inferiores y vendemos un jugador por año para equiparar el déficit operativo de todas las actividades y afortunadamente se ha transformado en una institución que merece el respeto nacional en materia de fútbol juvenil e infantil.

Digamos que este tipo de gestión no es algo natural en este país...

Puede ser. En Argentina no hay muchos casos de dirigentes, y no sólo en el ámbito de los clubes, que manejen el patrimonio entendiéndolo como ajeno. Para mí es natural. Si Lanús tiene que viajar a Brasil y van dos dirigentes con la delegación, yo si quiero ir me pago el pasaje. No se me pasa por la cabeza agarrar plata de tesorería. Si bien puedo ir en función protocolar, uno tiene que dar señales. Si yo no me pago el pasaje, ¿qué le digo a cada dirigente que tiene ganas de viajar?

¿Cómo logran que el fútbol no eclipse el resto de las actividades?

Obviamente el fútbol es la locomotora. Cuando el equipo anda bien y aparece en los medios, todo luce más. En el marco de una mala campaña futbolística, cualquier trabajo que se realice no luce. Pero, por ejemplo, el jardín de infantes está igual, aunque el equipo haya ganado o perdido el último domingo.
Es la lógica en la que vivimos a nivel sociedad: el que gana sirve y el que pierde es descartable. El fútbol es el humor de la gente. Los clubes tenemos una cuestión pasional que a veces complica las relaciones. Yo reivindico lo pasional, pero cuando se pone por delante de todo, no ayuda a crecer. Ojo, a mí también me pasa: la última obra que hicimos en el estadio fue el nuevo sistema lumínico. Y cada vez que perdemos me parece que la columna está torcida.

¿En qué se basa el éxito de su gestión?

Lo central es la militancia de una gran cantidad de dirigentes en un proyecto que se sostiene en el tiempo. Si bien creemos en la alternancia de los cargos y en la renovación generacional, ya que por suerte hay muchos dirigentes jóvenes, es fundamental proyectar a futuro. No se pueden lograr cambios estructurales en un mandato. El oficialismo en Lanús ya tiene 25 años. Se inició con el club quebrado económicamente y en lo más bajo del rendimiento futbolístico. Como no había nada por qué pelearse, lo único que quedaba era unirse para tratar de levantar a la institución.
Sin pretender pasar por soberbio, creo que si fuera por plata hoy Lanús sería primero. Que quede claro que si el objetivo no se logra, no es por un tema de dinero, somos los campeones económicos.

¿Usted diría que ésta es la base para haber logrado el campeonato?

Yo diría que desde hace muchos años se trabaja para sumar logros. Esto obedece a haber trabajado en un proyecto a mediano y largo plazo. No se puede precisar muy concretamente, pero sí se puede decir que es el trabajo de muchos años. Este logro se empezó a gestar apuntando a una determinada forma de hacer viable el fútbol en Lanús, en lo deportivo y en lo económico. Después, incidieron múltiples factores.

Entre ellos uno llamado Ramón Cabrero...

Exactamente. También la tarea del cuerpo técnico fue determinante para entender esta idea del club de promocionar a los jugadores juveniles; ellos los conocían por su trabajo en el fútbol juvenil. Por eso te decía antes que si uno tiene que precisar el tiempo, es un poco incierto, porque fue mucho tiempo de trabajo que llevó gestar esta realidad.

¿Cuál fue el espejo de Lanús: el Ferro del 80´ o el Vélez del 90´?

Creo que tiene puntos en común con esas dos etapas de esos clubes, que trataron de reforzar lo que tenían en casa, de apostar por lo que tenían en el club, y a partir de ahí con gente identificada con la institución - no solamente los jugadores, sino también el cuerpo técnico -, tratar de conseguir los objetivos. Me parece que son procesos que tienen puntos en común.

¿Cuál fue el jugador que le "quitó el sueño", que considera el pilar para haber podido obtener el campeonato?

Yo creo que hubo varios jugadores que tuvieron un nivel muy alto. Para llegar a ser campeón, no creo que se pueda lograr si no se conjugan varios rendimientos altos. Pero bueno, creo que el caso de Pelletieri, de Valeri, de Sand... Hubo muchos jugadores... Incluso el ingreso de Sebastián Blanco, en los últimos partidos, fue vital para dar un soplo de aire fresco. El club tiene muchas expectativas cifradas en él. Por ahí el gran público no lo conocía. Acosta, Velázquez, Matías Fritzler... no quiero ser injusto con ninguno. Hubo muchos jugadores que tuvieron un nivel muy alto. Creo que hubo un nivel parejo y que algunos tuvieron, más allá del buen rendimiento, un nivel superlativo.

¿Qué piensa de los referentes como "Chiquito" Bossio, Graieb, "Pepe" Sand, Ribonetto...?

Creo que son muy importantes, no solamente en la cancha sino también fuera del campo de juego. Porque Lanús tiene un plantel que, más allá de ellos, son jugadores muy jóvenes, todos entre 18 y 21 años. Y creo que uno ve en el día a día, en el vestuario, fuera del campo de juego, la importancia que tiene tener a esos líderes positivos, de tener a gente experimentada, que se compromete con el club y con sus compañeros para tratar de aconsejarlos para que puedan desarrollar sus carreras, en el futuro de la mejor manera.

¿Qué opina del gerenciamiento de los clubes, algo que comienza a tornarse muy común?

Estoy en contra tanto del gerenciamiento directo como del encubierto, de la privatización y de los procesos de quiebra, que hoy son muy usuales en el fútbol argentino: arranca una gestión en un club, se presenta a concurso de acreedores, hace una bisagra con la deuda pasada y se empieza a endeudar nuevamente comprando jugadores a lo loco. Da bronca, porque nosotros tratamos de hacer las cosas bien, tenemos la economía equilibrada y después tenemos que salir a la cancha contra un club que cometió la locura de hacer borrón y cuenta nueva con el pasado, endeudándose nuevamente. Y quizás perdés en la cancha haciendo las cosas ordenadas. Es un desequilibrio administrativo que termina vulnerando el principio de equidad deportiva.

(Gentileza Revista Salpicón Deportivo de Tandil)