martes, 17 de diciembre de 2013

A Lautaro Acosta, Agustín Marchesín, Maxi Velázquez y Diego González, la gloria los tocó dos veces. Los cuatro, flamantes campeones de la Sudamericana, también ganaron el Apertura 07 con Lanús; coincidencias y diferencias entre aquel título y éste.

Acá hay amor propio, pertenencia, raíces que llegan hasta el centro de la tierra. No es Julio Verne. Son generaciones y generaciones que se unen. Algunas ya no están. Nunca vieron tan orgulloso a Lanús, pero desde la estrella más brillante se alegran por los que ahora saltan como resortes y, en una señal inconfundible, hacen sonar unas castañuelas. Otras asoman como pimpollos, con apenas meses, ojos de bolitas y sonrisa de campeón. No entienden bien qué pasa. Sólo intuyen que es algo lindo. Y con eso les alcanza para dormirse con el pulgar en la boca y un par de muñecos arrugados, rotosos. El sentimiento sí que se traslada. Porque son capaces de lagrimear aquellos que ni en una guía ubicaban el Sur y que, por el guión de la vida, se afincaron por opción. Si ya casi se sienten un granate más... Eso es Lanús: un bien de familia. La Copa Sudamericana, la tercera gesta, ya queda como una herencia. Igual que la Conmebol 96. Idéntico que con el Apertura 07. Maximiliano Velázquez, Lautaro Acosta, Diego González y Agustín Marchesín hace rato que forman parte del clan. Ellos tienen la medalla del Apertura 2007, la única conquista local. Anteanoche, con el 2-0 ante Ponte Preta, recibieron el título de la maestría. Hubo que hacer equilibrio para no tropezarse con algún inflable bordó o blanco. Lo mismo dio en medio del invasivo olor de los eucaliptus. Arias y Guidi, el corazón de la Fortaleza, trata de volver a la normalidad. Nunca, acaso, lo conseguirá. Ahí están los campeones. Mejor dicho, los bicampeones, presentes en dos de las tres vueltas olímpicas en los 98 años del "club de barrio más grande del mundo", como rezaba una de las banderas en el estadio. "Para llegar a la gloria tenemos que conseguir el título", había dicho González. Ya lo tienen. "Fueron muchos años de sacrificio en un club que me dio todo. Estoy muy feliz. Siempre estábamos cerca de ganar algo y se nos escapaba en el final. Nos daba mucha bronca. Por suerte, ahora se nos dio en la Sudamericana", comenta Marchesín. Todos vivieron esta conquista bien de cerca, pero la anterior fue distinta. Velázquez y Acosta tuvieron una gran influencia en 2007, cuando tenían un puesto seguro. El Pulpo González apenas asomaba justo en el campeonato del debut. Y Marchesín, que no hacía mucho había llegado de Huracán, de Tres Arroyos, era el tercer arquero, detrás del capitán Carlos Bossio y del uruguayo Claudio Flores. Demasiado paso desde entonces Las historias fueron diferentes y contaron de vivencias con vaivenes. Velázquez, de 33 años, surgió en Ferro, pasó por Talleres y llegó en 2004. Le costó. Muchas veces fue resistido. Hasta pasó una temporada por Independiente (2010-11), en el que también ganó la Copa Sudamericana. Cuando volvió tuvo que superar el descontento de la gente por haberse ido. Acosta y González surgieron de las inferiores. El Laucha, de 25, debutó en 2006 y se hizo rápido un lugar. Fue transferido a Sevilla, de España, donde también jugó en Racing de Santander. La vuelta a la Argentina le deparó demasiadas lesiones en Boca (2012-13) hasta que decidió refugiarse en su "casa". El Pulpo, de 25 años, se presentó en 2007, pero no pudo consolidarse pronto. Este fue el año del despegue, ya que estuvo tapado por Agustín Pelletieri, Matías Fritzler y Guido Pizarro. Varias veces pensó en irse, incluso, pasó a préstamo a Rosario Central (2010), pero no se adaptó. Los granates se fijaron en Marchesín en las convocatorias de los seleccionados juveniles. El arquero, también de 25, se incorporó en 2006, con 17 años, procedente de Huracán, de Tres Arroyos. A la larga confirmó la interesante proyección que había mostrado. Las fotos vienen y van. Las risas, también. Todos cargan a Maxi, el más experimentado. ¡Bah! "El más viejo", dicen. Justo cantan cuando a un costado charlan el presidente Alejandro Marón y el DT Guillermo Barros Schelotto. ¿Qué se escucha? "Para Velázquez. renovación." Y sí. se ve que se vienen las charlas por los contratos. Acosta da un pasito más allá de la foto. "Salgo porque me quedé afuera de la final, je". Vuelve. Es imposible que se vaya. Marche y el Pulpo, enseguida, lo ponen en la escena. Es tiempo de hablar del campeón. De este y de aquel. De ellos. De todos, en realidad. "Igual que ahora, el de 2007 era un gran equipo. Aquel tenía más chicos que buscaban el despegue de mitad de cancha para adelante y más elaboración. Este sumó una experiencia que fue fundamental para un campeonato tan duro, con rivales tan cerrados, y para un planteo tan vertical, que busca rápido el arco", resume Velázquez, que, por ejemplo, del torneo de la consagración en la Bombonera recuerda las apariciones del mismo Acosta, Sebastián Blanco y Diego Valeri, entre otros. "Me quedó una felicidad enorme. Fue mi primer torneo, debuté en un 1-1 con Huracán, en Lanús. Haber conseguido un título en el primer semestre fue un sueño. Siempre querés debutar, pensás en un gol, pero lo que menos te imaginás es salir campeón", describe González. "No participé demasiado porque tenía dos monstruos adelante y era muy chico. Aprendí mucho de ellos. Fue muy lindo todo lo que pasó, una experiencia única", asegura Marchesín, que tampoco se olvida de la experiencia que, más adelante, le dejó Mauricio Caranta. "Esa vez lo vivimos de una manera muy especial porque fue el primer título para muchos. Lo sentimos muy adentro, sobre todo los chicos del club. Además estaban Ramón [Cabrero, el DT] y Luis [Zubeldía, ayudante de campo], que también son de Lanús. ¡Y dimos la vuelta en la Bombonera! Fue increíble", relata Acosta. En primera persona Y, de repente, vuelven al hoy. Velázquez, el que fue y vino por el lateral izquierdo: "Haber ganado un solo título en este tiempo era demasiado poco para Lanús por todo lo que había crecido la institución. El club y el equipo venían haciendo las cosas bien desde hacía mucho". "Este equipo está maduro. Siempre supo lo que quiso y tuvo bien en claro el objetivo. Además, la gente nos tiró para adelante en todo momento", sentenció González, el que apareció por la derecha, por la izquierda, en el área, por todos lados. Marche, quien apenas tapó una pelota por el poco peso de Ponte Preta, manifestó: "Consagrarte en el club que te dio todo es lo máximo. Todavía no lo puedo creer. Siempre dije que quería devolverle con un título las tantas cosas que me entregó Lanús. Siempre estábamos cerca y ahora se nos dio. Nos queda otra final el domingo y vamos a tratar de forzar una definición. Esto empezó en la pretemporada, con un grupo que se propuso ganar cosas". "Fue una pena no haber estado. Estaba dispuesto a arriesgar pese a la lesión. El club se merecía la vuelta olímpica por el esfuerzo de todos: la gente, los dirigentes, los jugadores y el cuerpo técnico, que hizo un trabajo excelente. No fue bueno el primer semestre en Boca, pero Lanús me recompensó", expresó Acosta, quien, desgarrado y todo, rogaba, aunque sea, por un lugar en los suplentes. Los Mellizos Barros Schelotto no arriesgaron y no lo incluyeron. Claro que fue el primero que saltó en la cancha cuando terminó el partido... Cuentan que los Barros Schelotto siempre están cerca de ellos y que son directos con los mensajes y las estrategias en los partidos. Bromean de la exigencia del profe Valdecantos, pero la subrayaron como una de las claves de la conquista. Dicen haber dormido poco. Ni les importa. El festejo bien lo vale. Tampoco les preocupa demasiado haber pospuesto algunos días las vacaciones. Los cuatro se entusiasman en repetir pronto la celebración. Piensan, sin ir más lejos, en el Inicial 2013 y en un posible desempate con San Lorenzo o Vélez. "En estas situaciones te olvidás del cansancio, del dolor, de todo", arremete Maxi. "Se juega con la cabeza y, más, con el envión que traemos. Es difícil parar", reconoce el Pulpo. "No es fácil. Tenemos que ganarle a Newell's y esperar que no lo haga San Lorenzo, pero vamos a intentarlo", afirma el Laucha. "Queremos ganar para forzar un desempate. Sería un sueño ganar dos cosas tan importantes en una semana", cierra Marchesín. Coinciden. Como lo hicieron en 2007. Como les pasó en la Sudamericana. "Ahora no caímos del todo. Vamos a darnos cuenta de lo conseguimos con el paso del tiempo, cuando se recuerden los títulos". Velázquez, Acosta, Marchesín y González. Pertenencia. La Copa Sudamericana ya está en la cabecera. La mayoría ya la tiene en el álbum familiar de Lanús.