viernes, 29 de noviembre de 2013

Lanús vuelve a inscribir su nombre en una final continental con un grupo de jugadores que se destacan por su juego y por su terrible corazón. Gran fiesta del pueblo Granate en La Fortaleza.

anús inscribió su nombre entre los finalistas de la Copa Sudamericana . Con su sello estructural rompió los moldes y superó etapas para poner al fútbol granate entre los más destacados del continente. Se felicitan los futbolistas, se abrazan los integrantes del cuerpo técnico liderado por Guillermo Barros Schelotto y aplauden los hinchas después del triunfo por 2 a 1 sobre Libertad. Dejó atrás las semifinales con la tranquilidad de haber conseguido lo que se había propuesto y ahora afrontará los partidos decisivos del 4, en San Pablo, y del 11 del mes próximo ante el inesperado Ponte Preta. Así, accede a su tercera final en torneos continentales, pues estuvo en la coronación de la Conmebol de 1996, ante Independiente Santa Fe, y en la derrota con escándalo de 1997 ante Mineiro. Como en todo el torneo continental, el conjunto granate marcó el camino con un estilo distintivo. Es cierto, sufrió al principio por las ínfulas de Libertad, pero administrar la ventaja del 2-1 a su favor del primer cotejo le permitió mantener la llama de la esperanza con autoridad. Y lo hizo con una altura y coraje que provocaron la admiración y los aplausos de los 25.000 hinchas locales. El equipo del Sur se vio sometido a cierto asedio en los primeros minutos, tal como podía suponerse por la necesidad de los visitantes para dar vuelta la ventaja de los dos goles que marcaron los granates de visitante. A Lanús le costó tener casi todo bajo control, como consecuencia de algunos movimientos imprecisos y muchos pelotazos. Marchesín le tapó un mano a mano a Montenegro, pero sorpresivamente se encontró con facilidades en el medio y el ataque que le permitieron darle un golpe de entrada a los dirigidos por Pedro Sarabia. A los 12 minutos, dispuso de una ocasión para desnivelar, mediante un remate de Diego González que se desvió en un rival y confundió al arquero Rodrigo Múñoz. La recuperación de los atacantes Con Somoza lejos de su mejor noche, la línea de volantes de Lanús se vio fortalecida con la tarea de los delanteros, incansables en el despliegue a la hora de sumarse en la zona media para cortar el juego rival. Melano, Silva y Acosta, que tuvo que ser reemplazado por una lesión que le provocó un quite en el piso, siempre estuvieron dispuestos para la recuperación de la pelota y animándose a ser punzantes también. Lanús pasó algunos sobresaltos ante el juego aéreo rival. Decidido, pero golpeado, Libertad mantuvo como pudo su ilusión con acciones coordinadas por los costados, pero a la defensa de Lanús -con Goltz como estandarte- no le quedaba grande la responsabilidad y cortaba cualquier contratiempo. El gol de tiro libre de Jorge González, tras un error de la barrera al saltar ante el impacto, sorprendió a Marchesín. E invitó a pensar en una noche intranquila para los granates. Pero el equipo del Mellizo no se dejó impresionar: a los pocos minutos Pereyra Díaz desairó a Moreira y recibió la embestida de Gustavo Gómez. Goltz marcó el 2-1 de penal. Aún en un camino arduo y exigente, Lanús quiere hacer historia en esta Copa Sudamericana. Se aferró a su oficio para sobrellevar distintos compromisos y ahora tiene por delante los dos partidos ante Ponte Preta, el sorpresivo equipo brasileño que en su país está luchando por no perder la categoría. Los hinchas locales ovacionan por primera vez al Mellizo y también lo hacen con Silva. Lanús quiere estar en los más alto del continente y regalarse una alegría antes de fin de año..