martes, 16 de marzo de 2010

Gustavo Cordera: "Volveremos a ser campeones".


“Vamos a volver a ser campeones. Sólo hay que hacerse cargo y tener paciencia”.

El hombre de cuatro décadas lleva al "Granate" en la piel y lo demuestra cada vez que puede.
De aquella presentación del disco homenaje a Sandro con la camiseta puesta a éste presente que lo encuentra en un buen momento profesional y a nivel institución en una situación rara, pero él sube la apuesta.
"Mi abuelo, Eduardo Cordera, fue presidente de la subcomisión de fútbol del Club Atlético Lanús y donó buena parte de los tablones de la vieja cancha. Mi viejo, Edgardo, fue de ir a ver al "Grana" toda su vida. Yo jugué de diez en las inferiores, hasta que dejé en la séptima. Y a mi hijo Gino, ya lo hice socio, desde "bebe", le compré la camiseta, el gorrito, todo.
Mato a trompadas al que lo quiera hacer de otro equipo.
Esas cosas no se negocian, ni con tías ni padrinos. Es la tradición. Ser de Lanús está en la sangre. Lanús es lo más. Es un equipo de barrio con camiseta de grande...".
Sus palabras muestran el amor por la "Granate".

Empezó a ir a la cancha acompañando a su padre, a los siete años. Sus primeras emociones se las brindaban "Los Albañiles": "Fue una época genial. Agarré a Lanús en primera. Después nos salvamos del descenso hasta que nos fuimos. Igual, los momentos más lindos los viví en la B. ¡Y en la C! Fui a todos los partidos. Cuando vi a los hermanos Enrique me decía esto es increíble. Estaba Nigretti, Crespín... En San Martín, contra Chaca, me cagaron a bifes porque grité un gol en su tribuna. íQué tiempos, viejo! También me acuerdo del 84, cuando Racing nos afanó el ascenso en cancha de Independiente. A Caldeiro le hicieron patear el penal tres veces para que la pelota entrase. Ese día me fui descalzo de la cancha porque le tiré las zapatillas por la cabeza a Emilio Misic, el árbitro. Y a mi viejo lo sacaron desmayado por el gas lacrimógeno y la pelea contra la Policía. Sentí la indignación más grande de mi vida',se emociona.

La historia mas cercana la vivió con alegría: 'Ascender a Primera, en el 90, fue lo mejor que me pasó como hincha. Aunque no fui a la cancha. Estaba fisurado y lo escuché por la radio en el departamento. Cuando el "Uruguayo" Villagrán hizo el gol del triunfo me empecé a golpear la cabeza contra la pared. Estuve todo el día llorando. Después, Gilmar me regaló la camiseta. Con ese gol llegó a los 100 en Lanús. La Conmebol del 96 también fue importantísima. En ese momento, con Roa, Schurrer, Huguito Morales, Ibagaza y Cravero teníamos el mejor equipo del fútbol argentino. Pero el 2 de diciembre de 2007 superó todo. Somos tres generaciones de hinchas "Granates" que soñamos con ésto. El título de Lanús es una alegría inigualable, inolvidable. El mundo futbolístico lo reconoció, especialmente por su juego. Lanús Campeón fue un equipo que resultó muy agradable fuera de la cancha también, con Ramón Cabrero a la cabeza.

Y el idioma de Lanús siempre fue el buen juego, de galera y bastón, de Daponte, Guidi y Nacionale, de Acosta y Silva, de Lodico, de Ramón y Héctor Enrique, de Galetto, de Morales e Ibagaza, Tapita García, Angelello y Villagrán. Hoy, sigue el legado con Diego Valeri, Lautaro Acosta, Sebastian Leto y Eduardo Salvio, que ya se fueron pero no se olvidan, con Sebastian Blanco, con Diego Lagos, y los que están por venir...

"En la C, nos cagaban a patadas pero jugábamos a la pelota. Así nos empezamos a hacer grandes. Los dirigentes no entienden que el fútbol es un juego ante todo. Hay dinero de por medio pero no es una guerra financiera o un proyecto de macroeconomía. Por favor, terminemos con el Cai Aimar".

"Yo soy más barato que él y te aseguro que conmigo, perderemos 25 a 0 pero la gente nos va a aplaudir. La Bersuitsería la banda de sonido de la hinchada. Vamos a volver a ser ser campeones. Sólo hay que hacerse cargo y tener paciencia. Si recuperamos nuestra memoria futbolística, nuestro equipo va a ser el sexto grande por el corazón.
Lanús tiene que jugar y divertir a la gente".

Lanus y la Bersuit.

Gracias Gustavo.

Felicidades para el dúo dinámico.


Foto: Lautaro Acosta y Sebastián Blanco posan en su primera pretemporada con el primer equipo Granate.

Lautaro Acosta y Sebastian Blanco, dos de los más talentosos de los "Fabulosos 88", acaban de festejar su cumpleaños número 22.
Lautaro, nacido el 14 de marzo, y Sebastián, nacido el 15, se conocen desde los 8 años cuando ambos llegaron al Fútbol Infantil del Club Atlético Lanús, se hicieron realmente amigos, y luego de realizar todas las divisiones inferiores en el Club, fueron campeones en Primera División con su querido Lanús bajo las órdenes de Ramón Cabrero y con sólo 19 años.


Felicidades chicos, y gracias por tanto.

Hace solamente un año Juan Pablo Varsky escribía esta nota en el Diario La Nación.


"Me encanta cómo juega Lanús. O cómo intenta jugar, porque, a veces, el rival tiene otros planes. Hay una idea, un compromiso y un estilo. Su punto de partida es el pase a un compañero. El jugador toca la pelota para que todo el equipo la tenga. Sebastián Blanco se encarga de la jugada mágica. Es un futbolista muy inteligente y hace lo que pide cada jugada. Una gambeta hacia adelante, un desborde profundo o una habilitación en tiempo y forma para un compañero. También sabe que el equipo lo necesita para defender y el chico, aplicado tácticamente, cumple con su retroceso. Blanco es una joya del fútbol argentino. Desde una derrota 0-1 ante Estudiantes por la 12» fecha del Apertura 08, Lanús ha tenido un ritmo arrollador en el fútbol argentino, que ni siquiera fue interrumpido por el cambio de año y de campeonato. De sus últimos 13 partidos oficiales, ganó 11, empató uno y sólo perdió frente a Gimnasia y Esgrima La Plata por la segunda fecha de este Clausura. Esta impresionante serie arrancó con un 2 a 0 ante el River de Simeone. Ese día, y tras un año de inactividad por rotura del talón de Aquiles izquierdo, regresó al equipo titular el brasileño Jadson Viera, un auténtico baluarte que le ha devuelto intensidad y liderazgo a la última línea. No es una curiosidad estadística. Con este zaguero central, Lanús resolvió unos cuantos problemas defensivos que arrastraba desde el primer semestre de 2008. En la Copa le cuesta. Aún no ha aprendido a afrontar los partidos internacionales, esos duelos de eliminación directa que no admiten distracciones y se ganan con los detalles. Ahí Lanús todavía debe aprobar un par de materias. De todas maneras, es un placer verlo jugar".