domingo, 13 de diciembre de 2009

De Frente: Lanús - Martín Macchiavello.


Santa Cruz de la Sierra, Lima, Táchira o Asunción... Vuela Lanús, sigue volando. Será la tercera Libertadores consecutiva (segunda al hilo en zona de grupos), será el quinto año sin escalas recorriendo América. Será otro motivo para estar orgullosos de seguir siendo quien somos...
Listo. Hasta acá los centros y los agradecimientos. La bienvenida a las nuevas autoridades. Y el bla, bla, bla. Sin ser golpista (sino promotor activo de golpes de efecto), lejos del cascote y cerca del ladrillo constructor, vale decir que se acabó lo que se daba. La cintita roja contra la envidia se nos deshizo en las manos. Y muy pronto. Nos duró dos años. Ya es hora de un inteligente recambio. Todo un pueblo ahora quiere más. Los hinchas del mejor equipo de la última temporada, la gente del segundo plantel top del 2009, necesitan ver otra cosa. O lo que vimos con gracia hasta no hace mucho. Bastante tuvieron nuestros ojos con el fútbol turbio y mediocre que esta misma tarde hasta puede tener un histórico premio... Asqueados estamos de tanta miseria. Tenemos todo aunque en el fondo del alma, la piedrita en el zapato nos saca ampolla. El dulzor del paladar Granate al que nos hemos acostumbrado se descompone con el juego amargo que envuelve este pseudo fútbol rascapuntos, de pelotazos, penales inventados, goles en offside y lágrimas de cocodrilo. Y la única manera de combatir el dolor de ojos y la puesta en jaque a un proyecto serio y largoplacista es, simplemente, con mejores ejecutores. Se trata de explotar las virtudes y erradicar los defectos. Porque, en este marco, en este fin de un 2009 lleno de llorones sin Carilina, no todo lo que brilla es oro. Porque fue la triste vuelta de la pizza con champagne, tiempos donde nos hacían creer que el 1 a 1 era una paridad. Y con sólo ver nuestras estrellitas y compararlas con las que se vendrá después de años y años de trampa y desguace a la elegancia deportiva, un buen cambio nos favorecería... Un cambio real.
Punto y aparte. En este adiós, como postdata, y como gente de bien, más allá de las folklóricas chicanas y los merecimientos, salen desde acá las más sinceras felicitaciones a nuestros vecinos, campeones del Apertura 2009. Al fin, tras 113 años de historia, estarán cerca de acercarse a nuestros talones...

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