El 21 de julio de 1990 se disputó el partido de ida de la final del Torneo Reducido del Nacional B 89/90, por el segundo ascenso a Primera División, entre el Club Atlético Lanús y Quilmes.
Con un marco espectacular de público, se disputó este clásico entre los clubes de mayor convocatoria de la zona sur, en nuestra vieja cancha de madera.
Cuentan las crónicas que aquel primer partido fue parejo, pero que fue Lanús el que hizo siempre el mayor gasto y era el equipo que más proponía.
El equipo de Miguel abrió el marcador en le primer tiempo gracias a un formidable cabezazo del Patón Fabián Mainardi.
Quilmes, en el complemento, igualó gracias a un gol convertido por Héctor Almandoz, pero pocos minutos más tarde, otra vez la cabeza el "gigante de Necochea" logra desnivelar y cerrar el marcador dos a uno a favor del Grana.
Lanús formó esa primera final con Alcides Luis Herrera en el arco, Fabián Cordero, Fabián Mainardi, Hernán Meske y Armando Oscar González, Néstor González, Rolando Bertolini, Gabriel Schurrer y César Angelello, Guillermo Alonso y Gilmar Villagrán. El DT de aquel equipo que logró la hazaña 7 días después era el querido Miguel Ángel Russo (siempre habrá un antes y un después de Miguel) y el árbitro del encuentro fue Calabria.
En la semana posterior, el Dr. Lambert informó que Fabián Mainardi sufría una bursitis de su rodilla derecha y que no podría formar parte del equipo.
Miguel decidió hacer sólo un cambio, Horacio Bidevich por el Patón, pero realizó cuatro variantes tácticas con respecto a la primera final, demostrando toda su capacidad, aunque recién arrancaba su carrera de DT.
Una semana después del partido que recordamos hoy se jugó la finalísima en cancha de Quilmes, y el resto es historia conocida.
¡Gracias Miguel! - ¡Gracias jugadores!
Tuve la suerte de estar presente en las dos finales. Fue una de las alegrías más grandes de mi vida.
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