Un muchacho alto, desfachatado, con un gorrito de lana se pasea a la salida del vestuario. Saluda a cuanta persona del club se cruza. Él es Pablo Daniel Osvaldo (jugó en el fútbol infantil y amateur Granate), quien estuvo de visita en el Estadio Ciudad de Lanús, Néstor Díaz Pérez. Luego del triunfo 2-1 sobre Quilmes.
-Te fuiste hace muchos años, ¿cómo ves hoy el crecimiento del club?
-Me pone muy contento que el club esté así, porque se puede ver una evolución tremenda. Venir a la cancha es algo que también da gusto. Me pone contento que la gente se acuerde de mí. Tengo varios amigos acá: Diego Valeri y Mauro Camoranesi. Y hoy me hice una escapada para verlos jugar.
-Se te ve por los pasillos hablando con todo el mundo, parece que te quedaron muchos amigos...
-A pesar de haberme ido cuando era muy chico, parece que la gente de acá guarda un buen recuerdo de mí, y esas son cosas que uno valora mucho. No pude dejar una huella en lo deportivo, pero me pone muy feliz que la gente de acá se acuerde de mí como persona.
-En lo futbolístico, ¿cómo lo ves a Lanús?
-La verdad lo veo muy bien. Hay muchos jugadores de buen pie, y se nota la intención de jugar con la pelota por abajo. Lanús siempre se caracterizó por jugar bien al fútbol, por tratar bien la pelota, así que me pone muy contento y no me sorprende verlo en el nivel que muestra y viene mostrando en los últimos años.
-¿Cómo lo viste a Camoranesi en el poco tiempo que lleva acá en el club?
-De Mauro yo siempre digo lo mismo, que es uno de los mejores jugadores del mundo. Me encanta su estilo de juego. Es una gran persona, es muy humilde, y por eso uno siempre le desea lo mejor, ya sea acá o en el lugar donde le toque jugar. Estoy muy seguro que le va a dar muchas alegrías a la gente. Ojalá que así sea, por él y por Lanús.
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